El primero de mayo se conmemora la heroica lucha de los obreros inmigrantes y de estados unidos que ese mismo día del año de 1886 dieron su vida para arrebatar la jornada de ocho horas en combates heroicos Masivos por todo Estados Unidos y en especial en la ciudad de chicago. Obreros que no solo se limitaron a luchar por una reforma tan necesaria y justa, sino que además llamaron a sus demás hermanos de clase a denunciar y a prepararse a tomar “el cielo por asalto”, es decir a hacer la revolución: arrebatar el poder a los parásitos de los burgueses imperialistas y poner la sociedad y sus riquezas en las manos y voluntad de quienes todo lo producen. El sistema no les perdono rebelarse, y silencio su grito en la horca, pero el espíritu y vigencia de su lucha se extendió por todo el planeta. La burguesía tiembla cuando escucha en los millones de hombres el grito de estos mártires.
Desde entonces la lucha por definir y construir esa sociedad nueva, sin capitalismo, ha logrado grandes avances como en las revoluciones obreras de china y la URRS, Las múltiples luchas antiimperialistas como las de Vietnam, cuba y tantos otros países, los levantamientos de los estudiantes en Europa y Asia de los años de 1968 y los 70’s en América latina. Pero también ha sufrido retrocesos y traiciones de muchas de esas luchas que nos obligan a pensar y avanzar cada día mas para levantar el legado de lucha de las generaciones anteriores y avanzar en la comprensión de un mundo cambiante, para no caer en los errores del pasado y reducir las fallas en la lucha presente contra las nuevas formas de opresión. Pero de lo que si estamos seguros (hace 160años y hoy) es que PARA LOGRAR lo que necesita el pueblo (la libertad de decidir hacia dónde dirigir la sociedad) solo será posible realizarlo destruyendo este sistema horroroso y caduco por medio de una revoluciones violentas de los pueblos del mundo.
Este primero de mayo llega en un ambiente de crisis y de amenaza de explosiones. El sistema ataca el pueblo, desde Israel contra el pueblo Palestino, pasando por Sri-Lanka en Asia, hasta Estados Unidos donde millones de personas han perdido sus casas y duermen en las calles y bajo la represión policial. También en Europa donde millones de inmigrantes y desempleos se enfrentan a los avances de los Racistas de extrema derecha o al filo del hambre en las calles. Colombia no se queda atrás cuando el Estado ha regado por todo el país panfletos amenazantes y campañas de “limpieza social” para acabar con la pobreza matando a los pobres y comete cuanto crimen quiere contra un pueblo desterrado y pisoteado.
Pero la respuesta popular también existe, y miles de jóvenes se están enfrentando en Europa contra las cumbres de los imperialistas, jóvenes que tienen la visión de destruir el capitalismo. Millones de campesinos en Asia que se levantan con la firme convicción de construir nuevos estados obreros y campesinos contra la dictadura del imperialismo. En Colombia y América latina la crisis del capitalismo empieza a lanzar por todas partes a cientos y millones de inconformes, los viejos estados se agrietan, lo mejor está por venir. Por ahora gobiernos nacionalistas burgueses han cabalgado sobre la inconformidad de estos pueblos, pero como siempre, han terminado en reformas cosméticas, no tocan la propiedad privada ni las relaciones de producción, denuncian a Estados Unidos Mientras dejan meter por la puerta de atrás a nuevos amos Imperialistas como Rusia Y China.
Para poder convertir toda esta situación en pólvora para la revolución y evitar que el sistema nos someta a la descomposición moral y física (hambre, drogas, delincuencia, suicidios) es necesario organizarnos y unirnos con todos los que en teoría y práctica plantea la lucha contra el sistema, la lucha antiimperialista. La unidad es de los revolucionarios y el pueblo contra el sistema, con la claridad que hay muchos que de palabra dicen luchar por la revolución pero que en la práctica buscan usar la lucha popular para meterse en el viejo aparato estatal como concejales, alcaldes, senadores o incluso presidentes. Ninguna revolución se ha hecho desde el Estado contrarrevolucionario, de ellos hay que desconfiar y denunciarlos..
En Colombia ser antiimperialista implica oponerse a la gran propiedad de la tierra y a su uso en beneficio de elites parasitas y las multinacionales, a las relaciones de servidumbre y gamonalismo a las que son sometidas las masas de campesinos, contra la vieja cultura feudal que siembra el atraso y la superstición, contra la mentalidad de colonizados; ser antiimperialistas implica luchar para que a través de una revolución hecha por el pueblo dejemos de ser colonia del imperialismo norteamericano y convertirnos en una punto de apoyo para la lucha de todos los demás pueblos del mundo.
Ser antiimperialista implica unirnos bajo un programa radical de liberación nacional, que promueva una cultura popular que levante la moral del pueblo y lo eduque en la revolución; impulsar un arte que rescate los elementos progresistas y de libertad de nuestro pueblo para a partir de allí y de los demás experiencias del mundo construyamos un arte nacional, popular y amante de la libertad y la rebeldía. Implica que nuestra lucha no se base en el Estado caduco y por el contrario se base en la fuerza de las masas populares.
Y para ser realidad objetivos antiimperialistas nuestra generación debe organice y sembrar nuestra vitalidad sobre aquellos que temporalmente han caído en el desanimo o no ven que camino apoyar. Debemos organizarnos en los colegios, en los barrios universidades y campos con la convicción de que aunque nuestro enemigo es grande y peligroso esta viejo y enfermo y nosotros tenemos el futuro de nuestro lado. Entendemos organización como la unión y coordinación bajo una política y métodos comunes de los revolucionarios y el pueblo para lograr las metas: liberarnos del dominio Yanqui (USA) y de sus lacayos arrodillados terratenientes y grandes burgueses monopolistas. Romper con su cultura decadente y entreguista y construir una nueva sociedad con nuevas formas de producir y relacionarnos los seres humanos, esa sociedad por la cual dieron su vida los mártires de Chicago.
Desde entonces la lucha por definir y construir esa sociedad nueva, sin capitalismo, ha logrado grandes avances como en las revoluciones obreras de china y la URRS, Las múltiples luchas antiimperialistas como las de Vietnam, cuba y tantos otros países, los levantamientos de los estudiantes en Europa y Asia de los años de 1968 y los 70’s en América latina. Pero también ha sufrido retrocesos y traiciones de muchas de esas luchas que nos obligan a pensar y avanzar cada día mas para levantar el legado de lucha de las generaciones anteriores y avanzar en la comprensión de un mundo cambiante, para no caer en los errores del pasado y reducir las fallas en la lucha presente contra las nuevas formas de opresión. Pero de lo que si estamos seguros (hace 160años y hoy) es que PARA LOGRAR lo que necesita el pueblo (la libertad de decidir hacia dónde dirigir la sociedad) solo será posible realizarlo destruyendo este sistema horroroso y caduco por medio de una revoluciones violentas de los pueblos del mundo.
Este primero de mayo llega en un ambiente de crisis y de amenaza de explosiones. El sistema ataca el pueblo, desde Israel contra el pueblo Palestino, pasando por Sri-Lanka en Asia, hasta Estados Unidos donde millones de personas han perdido sus casas y duermen en las calles y bajo la represión policial. También en Europa donde millones de inmigrantes y desempleos se enfrentan a los avances de los Racistas de extrema derecha o al filo del hambre en las calles. Colombia no se queda atrás cuando el Estado ha regado por todo el país panfletos amenazantes y campañas de “limpieza social” para acabar con la pobreza matando a los pobres y comete cuanto crimen quiere contra un pueblo desterrado y pisoteado.
Pero la respuesta popular también existe, y miles de jóvenes se están enfrentando en Europa contra las cumbres de los imperialistas, jóvenes que tienen la visión de destruir el capitalismo. Millones de campesinos en Asia que se levantan con la firme convicción de construir nuevos estados obreros y campesinos contra la dictadura del imperialismo. En Colombia y América latina la crisis del capitalismo empieza a lanzar por todas partes a cientos y millones de inconformes, los viejos estados se agrietan, lo mejor está por venir. Por ahora gobiernos nacionalistas burgueses han cabalgado sobre la inconformidad de estos pueblos, pero como siempre, han terminado en reformas cosméticas, no tocan la propiedad privada ni las relaciones de producción, denuncian a Estados Unidos Mientras dejan meter por la puerta de atrás a nuevos amos Imperialistas como Rusia Y China.
Para poder convertir toda esta situación en pólvora para la revolución y evitar que el sistema nos someta a la descomposición moral y física (hambre, drogas, delincuencia, suicidios) es necesario organizarnos y unirnos con todos los que en teoría y práctica plantea la lucha contra el sistema, la lucha antiimperialista. La unidad es de los revolucionarios y el pueblo contra el sistema, con la claridad que hay muchos que de palabra dicen luchar por la revolución pero que en la práctica buscan usar la lucha popular para meterse en el viejo aparato estatal como concejales, alcaldes, senadores o incluso presidentes. Ninguna revolución se ha hecho desde el Estado contrarrevolucionario, de ellos hay que desconfiar y denunciarlos..
En Colombia ser antiimperialista implica oponerse a la gran propiedad de la tierra y a su uso en beneficio de elites parasitas y las multinacionales, a las relaciones de servidumbre y gamonalismo a las que son sometidas las masas de campesinos, contra la vieja cultura feudal que siembra el atraso y la superstición, contra la mentalidad de colonizados; ser antiimperialistas implica luchar para que a través de una revolución hecha por el pueblo dejemos de ser colonia del imperialismo norteamericano y convertirnos en una punto de apoyo para la lucha de todos los demás pueblos del mundo.
Ser antiimperialista implica unirnos bajo un programa radical de liberación nacional, que promueva una cultura popular que levante la moral del pueblo y lo eduque en la revolución; impulsar un arte que rescate los elementos progresistas y de libertad de nuestro pueblo para a partir de allí y de los demás experiencias del mundo construyamos un arte nacional, popular y amante de la libertad y la rebeldía. Implica que nuestra lucha no se base en el Estado caduco y por el contrario se base en la fuerza de las masas populares.
Y para ser realidad objetivos antiimperialistas nuestra generación debe organice y sembrar nuestra vitalidad sobre aquellos que temporalmente han caído en el desanimo o no ven que camino apoyar. Debemos organizarnos en los colegios, en los barrios universidades y campos con la convicción de que aunque nuestro enemigo es grande y peligroso esta viejo y enfermo y nosotros tenemos el futuro de nuestro lado. Entendemos organización como la unión y coordinación bajo una política y métodos comunes de los revolucionarios y el pueblo para lograr las metas: liberarnos del dominio Yanqui (USA) y de sus lacayos arrodillados terratenientes y grandes burgueses monopolistas. Romper con su cultura decadente y entreguista y construir una nueva sociedad con nuevas formas de producir y relacionarnos los seres humanos, esa sociedad por la cual dieron su vida los mártires de Chicago.
¡fuera imperialistas yanquis de Colombia y todo el mudo!
¡Contra el sistema: organizar la resistencia popular!
Abril de 2009
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