Levantate Campesino - José de Molina

Mestizaje

Bases Militares Yanquis en Colombia

sábado, 3 de noviembre de 2007

martes, 19 de junio de 2007

La juventud en pie de lucha contra el Imperialismo


Con las políticas de agresión lanzadas principalmente por el imperialismo yanqui después del 11 septiembre, una mayor represión se ha lanzado a nivel mundial contra los pueblos del mundo y las masas populares. El mensaje de los policías del mundo es muy claro para los oprimidos, ellos tienen el derecho de invadir y someter a cualquier pueblo. Las contradicciones entre imperialistas los han llevado a acentuar más la explotación de las masas por medio de las guerras de agresión. En su dinámica de expandir el capital y apoderarse de nuevos mercados para poder subsistir, han trazado nuevas políticas de agresión en contra de las naciones oprimidas, enmascarando estas guerras como “guerras contra el terrorismo”, cuando no son más que políticas encaminadas a reconfigurar el mundo de acuerdo a sus intereses estratégicos para dominar la economía mundial y someter a sus rivales imperialistas, donde la vida de millones de personas les importa un comino en cuanto entorpezcan sus políticas de explotación y saqueo. La dinámica misma del sistema imperialista hace que tracen sus políticas económicas a nivel mundial a través de sus corporaciones como OMC, BM y FMI, por medio de las cuales le impone a cada país su papel en la distribución mundial del trabajo, obligando a los países del tercer mundo a producir lo que no se consume en estos países, sino lo que les interesa a los imperialistas para sus economías, dándose el derecho de explotar y chuparse la sangre de millones de personas por todo el mundo. Pero sus planes de opresión y de explotación no las han podido hacer realidad en aguas mansas. Movilizaciones anti globalización que se dieron en varias partes del mundo como en Seattle y Génova ya mostraban a nivel mundial un despertar de ciertos sectores sociales en contra de las políticas imperialistas, movilizaciones que se fueron haciendo mucho más grandes y fuertes donde acudían personas de todo el mundo; jóvenes, principalmente, protestaban contra las políticas económicas del imperialismo. Numerosas movilizaciones y diversos estallidos de protesta y rebelión se fueron acrecentando por todo el mundo contra el imperialismo, repudiando y protestando contra las invasiones que hicieran a Afganistán e irak. Millones de personas de diversos sectores sociales salieron a la calles a manifestarse, ya no contra políticas económicas, sino elevando el nivel de la lucha y la confrontación en contra del sistema capitalista. Lo que demuestra una vez más que las masas populares no se resignan a cumplir el papel que las clases dominantes quieren imponerles por todo el mundo. Desde Palestina, pasando por Afganistán e Irak, desde las entrañas de la bestia (Estados Unidos) hasta Europa y, más cerca, en todos los países de América Latina, y en nuestro país, las masas demuestran con su coraje y osadía que no están dispuestas a dejarse pisotear más por el imperialismo. Y en todas estas manifestaciones la juventud con su rebeldía e irreverencia han tomado un papel protagónico junto a muchos más sectores sociales que han visto como una necesidad la resistencia en contra del imperialismo. Se forja así, en medio de las tormentas revolucionarias, una nueva generación de luchadores que están dispuestos a estar en las primeras líneas de combate en contra del sistema.
Los dos caminos para la juventud
Claramente en la escena política se demarcan dos campos contrarios que luchan por ganarse a los jóvenes del pueblo: por un lado las fuerzas reaccionarias del Estado y las organizaciones revisionistas, reformistas y socialdemócratas, que les crean ilusiones a los jóvenes dentro del sistema capitalista, y por el otro lado las fuerzas revolucionarias que luchan para que los jóvenes estén de este lado de las barricadas. El problema de qué línea política se debe seguir es una cuestión esencial que decidirá silos jóvenes del pueblo, los jóvenes revolucionarios quieren enfrentarse al imperialismo y hacer la revolución, o no. La diferencia entre la línea revolucionaria y la línea reaccionaria o reformista que guiará el movimiento juvenil radica en si se arma a los jóvenes con una política que en medio de la lucha de clases forje un movimiento juvenil que se una a las luchas de los pueblos del mundo en contra del imperialismo o si por el contrario lleva a los jóvenes a que degeneren en la colaboración de clases que señala la burguesía y los reformistas. En la historia de la lucha de clases, el papel que han jugado los jóvenes revolucionarios en los movimientos sociales ha sido esencial para medir el nivel de la lucha y el grado en que se puede desarrollar ésta. En los últimos tiempos la juventud viene participando más en las luchas del pueblo y viene tomando un papel de vanguardia al estar en las primeras filas de las protestas populares por todo el mundo. Y los jóvenes del pueblo en Colombia no han sido la excepción cuando se han puesto en las primeras líneas de combate, poniendo al servicio del pueblo su tenacidad, valor y e irreverencia cuando se enfrentan a las fuerzas represivas del Estado. Colombia es un país que cuenta con por lo menos 13 millones de jóvenes y la mayoría de ellos no ven un futuro que les pueda ofrecer el sistema capitalista, ni siquiera a largo plazo, por fuera de lo que es padecer hambre, miseria y represión. Esta bomba de tiempo en que se convierten tantos jóvenes sin nada que hacer y mucho menos sin nada que perder, han puesto en alerta al Estado colombiano, que en la última década le viene prestando demasiada atención a este fenómeno y ha venido desarrollado unas políticas concretas encaminadas a canalizar a la mayor cantidad de jóvenes para que giren en torno a sus políticas estatales.
Para poder materializar sus planes, el Estado ha elaborado una política integral de acercamiento y asimilación de la juventud, utilizando para este fin numerosos mecanismos para canalizar su rebeldía e irreverencia hacia sus políticas con una fuerte carga ideológica que gira en torno a su cacareada paz y convivencia pacífica. Es así como últimamente nos vemos saturados de innumerables organizaciones juveniles de todo tipo, que buscan aplacar la inconformidad de los jóvenes; desde las organizaciones juveniles de los partidos tradicionales como el Liberal y el Conservador y últimamente las más de moda como las juventudes uribistas y del Polo Democrático, hasta la formación de numerosas ONO que se dicen por fuera del Estado pero están en permanente colaboración con él a través de su políticas de corporativización y pacificación de la juventud, como lo son, por ejemplo; Red de Paz, Jóvenes en Acción, Opción Colombia, Colombia Joven, Red Juvenil, con sus políticas de la no violencia activa, lo que desarma ideológicamente a los jóvenes al plantearles que todo tipo de violencia es mala, sin distinguir entre explotadores y explotados, haciendo convenios con el Sena, en capacitación y formación de microempresas, creando ilusiones de salir de la pobreza dentro de este sistema hambreador y genocida. También hace parte de estos planes la incorporación de miles de jóvenes a las fuerzas represivas del Estado como la policía y el ejército o el reclutamiento de éstos para los grupos de paramilitares y la red de informantes o colaboradores de la policía; no es raro que por la Internet, los principales links de la mayoría de las organizaciones juveniles sean en conexión fácil con cualquier fuerza represiva del Estado, llamándolos a participar o colaborar con ellos. Para la mayoría de los jóvenes que no le caminan a estas propuestas, les tiene reservado políticas fascistas de militarización de los campos y barriadas de las ciudades, empadronamiento, allanamientos sin justificación, permanente hostigamientos por el solo hecho de ser jóvenes y pobres e irse en contra de lo establecido, lo cual nos tiene como un elemento explosivo y inmanejable dentro de la sociedad por el hecho de no querer ser asimilados dentro de sus políticas de “pacificación” de las barriadas. Pero el futuro no es totalmente negro como nos lo ofrece el capitalismo. Al otro extremo esta el camino del pueblo, el camino revolucionario de no hacer la paz con el imperialismo y la reacción. Por el contrario nos falta mucho camino por recorrer y mucho que ganar. Sólo luchando al lado del pueblo será posible barrer las cadenas que nos oprimen. Este sistema no ofrece nada para las masas populares fuera de hambre y miseria, es un deber de los jóvenes del pueblo estar al lado de las barricadas para tumbar este sistema como único camino para liberación y poder aspirar a que se acabe la miseria, la explotación y la represión contra nosotros, nuestro pueblo y demás pueblos oprimidos del mundo.
Asumir nuestro papel en la sociedad
La situación actual por la que atraviesa el país y el mundo entero, con grandes desórdenes y esperanzas para los oprimidos, exige que los jóvenes tomemos posición frente al actual estado de cosas. La unidad del pueblo en este momento es urgente y necesaria para hacerle frente al imperialismo, pero debe ser una unidad basada en principios que verdaderamente le sirvan al pueblo y que luche por derrocar el imperialismo, que se sume al gran torrente revolucionario que hay por todo el mundo, como el llamado que hace el Movimiento de Resistencia Popular Mundial en su lucha para levantar a los pueblos del mundo en resistencia contra el imperialismo. Jóvenes, nuestro pueblo espera mucho de nosotros. Para hacer parte de la resistencia mundial necesitamos unirnos como una sola masa, dejando de lado el egoísmo y el individualismo que no son características del pueblo, sino que por el contrario le hacemos el juego al imperialismo en su afán enfrentar masas contra masas; al contrario debemos poner al servicio del pueblo nuestra tenacidad, irreverencia y rebeldía, como también nuestra vitalidad, es decir; usar la cabeza para plantear los problemas y las soluciones, asumir seriamente nuestras responsabilidades, basarse en la comprensión de la realidad y buscar la verdad en los hechos, también ser respetuosos y honrados para con las masas populares, hacer concordar las acciones con las palabras y trabajar con perseverancia. Esas son las cualidades que los jóvenes deben poner al servicio del pueblo como parte de la luchas para hacerle frente al enemigo. Las Brigadas Antiimperialistas llamamos a todos los jóvenes del pueblo ha unirnos y hacer un frente común en contra de todos las cadenas que nos oprimen; la explotación, la represión, el hambre, las injusticias, la penalización de las protestas populares, para esto es necesario trabajar arduamente en la construcción de un movimiento juvenil antiimperialista que haga parte de las luchas de los pueblos del mundo en contra del imperialismo, para que el pueblo pueda tomar el destino en sus propias manos.
¡Jóvenes, la rebelión se justifica! ¡Organizarse y resistir! ¡Fuera yanquis de Colombia y todo el mundo! ¡Apoyar la resistencia del pueblo iraquí y el pueblo afgano ¡Apoyar las justas luchas del pueblo palestino! ¡Apoyar el Movimiento de Resistencia Popular Mundial! ¡Contra la brutalidad policial, la rebelión se justifica! ¡Con la lucha se conquistan libertades y derechos, con la lucha se defienden!

Contra la criminalización de la juventud popular,

En un barrio popular de cualquier ciudad colombiana, un joven es detenido por la policía, lo raquetean, lo humillan y le hacen cargos: que es rebelde, potencialmente explosivo, un candidato perfecto para ser delincuente, un individuo peligroso al que hay que aplicarle todo el peso de la ley. ¿Cuál ha sido la vida de esta persona? ¿Por qué resulta ser tan peligroso? Resulta que este joven jamás logró terminar sus estudios, la condición económica de su familia lo obligaba a trabajar en lo que fuera para contribuir con el sostenimiento de sus hermanos, su madre se ha partido el lomo toda su vida, le entregó su juventud a un sistema que le exprimió hasta la ultima gota de sudor y sangre recibiendo a cambio un salario de hambre. A este joven el sistema le ofrece diferentes posibilidades para resolver su futuro, y tiene la “libertad” de elegir una de ellas: puede, si consigue trabajo, incorporarse a la cadena de sobreexplotación del capitalismo, repitiendo la historia de sus padres; su vida se le irá entre los dedos y con el paso del tiempo estará lleno de enfermedades y será fácilmente desechado como un caballo viejo por no poder producir lo que el sistema requiere. Puede también ser parte de una pandilla dedicada a delinquir, luego será capturado y juzgado por el Estado ladrón. O podrá ser reclutado en las fuerzas represivas con el fin de mantener a raya a su gente, para que no se levanten, lo convertirán en un matón a sueldo entrenado para matar o torturar a los que justamente se rebelen. Este caso se repite por miles de millones alrededor del mundo. Del trabajo de las masas, mujeres y hombres, se nutre una minoría de parásitos explotadores, mientras nuestra gente, quienes lo construyen todo, nada tienen. Esto no es un accidente o’ una falla del sistema, es la lógica propia del imperialismo, para ellos la gente del pueblo somos solo bestias de carga, fáciles de reemplazar. A los jóvenes del pueblo, nos mantienen a raya reprimiéndonos, es algo que sucede día a día en los diversos barrios populares de cualquier rincón del país, ya sea en Medellín o en Cali, Sincelejo o Valledupar. Para la muestra un botón: en Cazucá (Soacha) y Ciudad Bolívar (Bogotá), en los últimos meses, han sido asesinados 40 jóvenes cada fin de semana por parte de grupos ilegales ligados al Estado: “Las rondas de encapuchados que llegan en un camioncito de noche y se llevan a algunos de los muchachos de la cuadra son constantes”. Marcan los lugares de reunión de los jóvenes con aerosoles, y al día siguiente son asesinados los que se encuentren en ese lugar; muchos pasan días escondidos en sus casas por miedo a que les pase lo mismo si salen, o se mantienen en otros lugares fuera de su barrio; en los barrios altos del Sur Oriente de Bogotá a los jóvenes los detienen sin razón alguna, la policía los lleva al CAI de Libertadores, los mojan con agua y los golpean con palos; hacen requisas en los colegios duque para mantener el orden y control de los estudiantes. En el campo hostiga y desplaza a los jóvenes con sus familias, y prácticamente los obliga a entrar en el ejército reaccionario defensor de los intereses de las clases dominantes como soldados campesinos. Todo esto hace parte del plan del Estado, de criminalizar a toda una generación a quien culpa de los males sociales que el mismo sistema ha creado, esto es un plan completo para mantener el control total sobre los jóvenes, y aplastar toda posibilidad de lucha y resistencia. El capitalismo ha llevado a miles de jóvenes a la delincuencia para sobrevivir y luego llena las cárceles con las víctimas a quienes trata de criminales. Cifras de la policía dicen que el 95% de los menores infractores tienen entre 13 y IB años, edades que coinciden con la deserción escolar. Los defensores del sistema (como Antanas Mockus), han planteado como salida a tal problemática judicializar a los jóvenes menores de 18 años. Según su torcida lógica” si tiene edad para delinquir, debe tener edad para responder por sus delitos”. El sistema con su propaganda nos embute su droga y estilo de vida, ha llevado a que miles de jóvenes entre 13 y 21 años consuman cigarrillo, marihuana y bazuco y después los reprime y considera drogadictos. La hipocresía es tan grande, primero nos manda a tas calles, no nos ofrece educación ni trabajo, nos droga con su basura, manda a las mujeres a la prostitución, nos asesina en las calles y nuestras casas y luego nos trata como vagos, drogadictos, haraganes y sicarios, que no nos importa el porvenir del país, que somos perezosos y que no nos gusta estudiar ni trabajar. Esa es la torcida lógica imperialista. Nos promueven sus valores: el egoísmo y el individualismo y después nos culpan de no ser solidarios y colaboradores... y de no tener valores. ¿Cuál es su lógica? Su lógica es dividirnos y formamos como una generación sin historia ni futuro. Nuestra lógica debe ser totalmente opuesta a la de ellos: ser jóvenes activos que nos atrevemos a pensar, nos atrevemos a luchar por un futuro realmente diferente para la humanidad y nos atrevemos a tomar el futuro en nuestras propias manos. Las diferencias de clase se muestran claramente entre los jóvenes en cada uno de los aspectos: en la producción, en la política y en la cultura. El Estado no sirve a todos los jóvenes por igual, mientras a una pequeña minoría los protege y da todas las garantías, a la mayoría los persigue y controla constantemente. Para un reducido número de jóvenes burgueses hay libertad y democracia, y para la mayoría represión y dictadura. A ellos se les educa para gobernar y dirigir el país, a nosotros para ser los futuros esclavos asalariados. La policía, el ejército y los paramilitares no están al servicio del pueblo; no están para cuidar y proteger a la gente del pueblo. Eso es pura basura. Ningún miembro de las fuerzas armadas es pueblo uniformado. Al contrario, son seres humanos con mentalidad asesina, autorizados, disciplinados, desatados por la clase dominante para mantener a los oprimidos bajo la bota, para mantener sometido al pueblo siempre que sea necesario. El terror contra los oprimidos es incluso una recompensa especial por “desempeñar” el peligroso y desagradecido deber. El terror contra los oprimidos no sólo es parte del trabajo de los policías y militares, es también una recompensa y un premio para ellos. El brazo armado del Estado gran burgués y terrateniente es un instrumento para reprimir, por la fuerza de las armas, a todos los que puedan alzar la cabeza y cuestionar la manera de vivir de una pequeña minoría. Los crímenes y asesinatos de jóvenes no serán eliminados por una mayor presencia de la policía y del ejército. Al contrario, son utilizados como pretexto para incrementar el control de barriadas, colegios, universidades y campos. ¿Nos reconocerá el sistema como seres humanos con anhelos y sentimientos? ¿Qué posibilidad de reforma existe en un sistema que dice que los jóvenes parados en una esquina, sin empleo y educación, son peligrosos y sospechosos? ¿Es posible reformar un sistema qué oculta y justifica el asesinato por parte de la policía de nuestros jóvenes, como ocurrió con Nicolás Neira, en Bogotá, o con Jhony Silva en la Universidad del Valle? ¿Un sistema que absuelve a sus policías y soldados asesinos y los deja libres para volver a matar qué clase de sistema Un sistema así es imposible reformar. Tenemos que oponernos, organizarnos, defendernos y contraatacar los ultrajantes ataques y veredictos de las autoridades. Necesitamos prepararnos de todas las formas posibles para ponerle fin al sistema. Sólo la fuerza organizada del pueblo puede parar a los opresores, cercanos y obligarlos a retroceder en sus asesinatos contra la juventud y el pueblo. Hoy tenemos que fortalecer nuestra lucha y organización independiente del Estado y de las clases dominantes e impulsar creativas y combativas formas de lucha que permitan desarrollar el potencial revolucionario del pueblo.
¡Contra el asesinato de jóvenes, la rebelión se justifica! ¡Se justifica la rebelión, se necesita la revolución!
Jóvenes Antiimperialistas

lunes, 11 de junio de 2007

¡BRAVO! ¡BRAVO! ¡ES MUY BUENO QUE SE REBELE LA JUVENTUD!


Por más que las clases reaccionarías traten de apagar los gritos y explosiones de los jóvenes en contra de las viejas costumbres, lo caduco y decadente, 1no lo lograrán!
Vemos en los últimos meses el resurgir del movimiento juvenil en contra de las políticas reaccionarias. Se expresó en el mes de marzo con acciones y con quemas de banderas yanquis todos los días de la semana que estuvo por América Latina el archicriminal de guerra y terrorista número uno, George Bush. Vimos cientos de jóvenes tremolando banderas rojas y agitando consignas el Primero de Mayo. Y lo estamos viendo en estos días cuando miles de jóvenes salen a las calles, gritando a pleno pulmón: 1a rebelión se justifica Yanquis fuera Esto es muy bueno. Es bueno cuando las masas se rebelan. Es bueno que la ofensiva reaccionaria en contra del pueblo sea rechazada con la lucha decidida y frontal de las masas. Y las clases reaccionarias se asustan cuando los jóvenes oprimidos luchan y por eso los reprimen y sofocan sus anhelos. Saben que la lucha enseña, que la lucha es una escuela, que las masas revolucionarias se forjan al calor de la lucha de clases.
Las clases reaccionarias se aterran como el diablo en misa ante el fantasma de la lucha de clases. Hasta tienen el cinismo de negarla, deforman la realidad alegando que ya no existen las clases, que lo que existen son estratos. Pero por más que lo nieguen, las clases están ahí y la lucha de las masas, como bofetada en la cara, les recuerda que existe la lucha de clases, y que en esta lucha las masas populares están condenadas a ganar, y que los débiles pueden convenirse en fuertes, y los fuertes en débiles. Esa es la ley de la contradicción, y ley es ley.
Y para frenar la lucha de clases recurren a la intimidación, al engaño, a las calumnias y a la fuerza. No permiten que los jóvenes se manifiesten y expresen su rebeldía. Ellos desean que los jóvenes sean mansos rebaños llevados al matadero. Jóvenes que no piensen, que no cuestionen el orden establecido, que agachen la cabeza. ES UN SISTEMA QUE SIEMBRA
LOCURA, DESTRUCCIÓN Y
DEGENERACIÓN CON VICIOS DE TODO TIPO, CON UNA IDEOLOGÍA BURGUESA Y FEUDAL QUE ACTÚA EN LAS MASAS COMO UN YUGO ESPIRITUAL, UN SISTEMA QUE BUSCA TRAGARSE TODA UNA GENERACIÓN, SOBRE TODO DE LOS JÓVENES MÁS OPRIMIDOS! Lo que este sistema les ofrece a los jóvenes del pueblo es un panorama muy oscuro: ser carne de cañón, aprender a matar, meter droga y emborracharse. o estar parchado en una esquina, viendo pasar los días grises, mirando p’al páramo, sin esperanzas en nada, acabando su vida con la droga suministrada por el mismo sistema. A los que logran estudiar, les infunden una ideología individualista, de la competencia desleal, del sálvese quién pueda, con la muletilla de “estudiar para ser alguien en la vida”, o “para salir adelante”. ¿Delante de qué? ¿De quién? Llenan a los estudiantes con un montón de conocimientos librescos, de fórmulas vacías, pero nada de ciencia, nada de ENSENAR A PENSAR, nada de nada.
En estos días de lucha vemos como buscan dispersar a los jóvenes, sembrando confusión, devolviéndoles para sus casas. Pero por más que amenacen, repriman y atropellen a las masas, no lograrán frenar la lucha revolucionaria. Los reaccionarios van en contra de la historia. Son como una vaca muerta atravesada en el camino. Levantan una piedra para dejarla caer sobre sus propios pies.
Es claro como el agua que donde hay explotación y opresión hay resistencia y lucha. Por eso vemos que nuevos gritos se alzan y nuevas tormentas buscan arrasar las bases que sostienen la opresión y explotación, un nuevo hálito de revolución surge y trae consigo una gigantesca esperanza de lucha...

¿Es que acaso debemos seguir perpetuando lo reaccionario? No, no y no!
¿Es que estamos contentos con el actual sistema, un sistema que criminaliza toda una generación? ¡No! ¿No es cierto que todos los días soñamos con algo mejor?
¿Es que vamos a seguir soportando a los tombos que nos reprimen, nos requisan, nos humillan y pare de contar? No podemos tolerar que todo siga como si nada. Somos testigos de todo lo que pasa en nuestros barrios, de la miseria y penurias que padecemos. De cómo esos tombos llegan como vándalos ¡ellos sí, como vándalos! a atropellar a las mujeres, a irrespetar a los jóvenes, a ofender a la gente.
Todo esto es insoportable. Y es más insoportable el hambre. En miles y miles de hogares no se siente sino el crujir de dientes, viviendo en la más espantosa miseria. Sabemos qué cantidad de gente muere de hambre por falta de comida y trabajo. Cuánta gente duerme en las calles, cuantos millones sin educación y sin salud, sin techo y sin trabajo. Mientras una minoría se forra los bolsillos. Esto no puede continuar así. Y la juventud tiene que tomarse el escenario. Los jóvenes obreros y campesinos, los jóvenes estudiantes del pueblo, aquí y por todas partes han venido dando ejemplo de lucha. Los estamos viendo en las calles de las ciudades imperialistas luchando contra las leyes que discriminan a los migrantes Los vemos en Buenos Aires... En estos días hubo una manifestación de 400 niños en Buenos Aires contra el sistema que los pone a aguantar hambre. Al ritmo de los tambores y con el pitido de cientos de silbatos de fondo, miles de manifestantes portaron pancartas en las que se leían reclamos como “el hambre es un crimen”, “todos tenemos derecho a crecer sin hambre”, “los jóvenes encienden la llama del hoy y del mañana” y “los pibes son de todos”.
Por todas partes este sistema no ofrece nada que sirva. Divide a los jóvenes entre los que son estudiantes y los que no lo son, entre hombres y mujeres, entre los de un barrio y los de otro. Fomenta el fanatismo religioso, o el enfrentamiento por gustos musicales, o por un equipo de fútbol. Esto es una locura. Los jóvenes tienen que luchar contra todo lo que los divide. Tienen que aprender unos de otros, pues tienen intereses comunes y enemigos comunes. Los jóvenes tienen que interesarse por la revolución, adquirir conciencia revolucionaria, ser parte de la lucha por un verdadero futuro, y deben organizarse para la lucha organizada y correctamente dirigida.
Como alguien dijo: “Destruir creando y crear destruyendo”. Sí. Debemos destruir para construir; tenemos que volar en mil pedazos el orden establecido, tenemos que revolucionar nuestra rebeldía y nuestras luchas para que estas no sean en vano o sean utilizadas por algunas ideologías que dicen ser revolucionarias y que de antemano tienen vendida la victoria que no les dejaremos ganar... ¡Tenemos que revolucionar el mundo!
Los jóvenes revolucionarios del mundo debemos encender las llamas de la rebelión, enarbolar las banderas rojas de la revolución, luchar contra el imperialismo y sus lacayos, contra la brutalidad policial y denunciar a las clases reaccionarias por tanta vida que nos han robado.
No queremos ser jóvenes viejos, sumisos, retrógrados, metafísicos, con ideas de la Edad Media. Tenemos que reivindicar la violencia revolucionaria, ser irreverentes, rebeldes, luchando por construir un mundo rojo, donde el hombre no oprima ni explote al hombre, donde la sociedad se humanice y pueda continuar avanzando.
Es justo rebelarse contra los reaccionarios. Es justo sacudirse las viejas costumbres y las viejas ideas. Extralimitémonos ya!

¡Con la lucha se conquistan libertades y derechos, con la lucha se defienden!
¡Atreverse a rebelarse! ¡Atreverse a hacer revolución! Atreverse a romper las cadenas!
¡Se justifica la rebelión se necesita la revolución¡

Jóvenes Antiimperialistas
29 de mayo de 2007

¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!




Vientos de aire fresco vienen soplando entre el pueblo, sobre todo entre la juventud. Las luchas de las masas juveniles ratifican una verdad de a puño: Donde hay explotación y opresión, hay resistencia y lucha!

Y es que la situación que viven las masas en nuestro país es cada vez más insoportable. Miles de seres humanos del pueblo descuartizados, asesinados, ultrajados, humillados. La maldad de las clases dominantes no tiene límites. Son vampiros sedientos de sangre. Y para que la gente no proteste han convertido las barriadas en campos de concentración, han hecho cárceles de nuestras propias casas, nos dictan cómo debemos vestir, qué podemos comer, a qué horas podemos salir, con quién debemos hablar. Qué debemos aprender. Que no podemos pensar. Ni opinar. Ni el derecho a la calle. Ni el derecho al día ni a la noche. Es una atmósfera asfixiante. Esta es la forma en que la mayoría de las masas del país viven, parecemos viviendo en ciudades ocupadas, en una Colombia ocupada por fuerzas ajenas a nuestro pensar y sentir. No tenemos perspectivas ni vida. Nuestro futuro es oscuro. Y las fuerzas reaccionarias armadas hasta los dientes reprimen, atemorizan, mutilan y degradan a las personas, vacunan y extorsionan a pequeños y medianos comerciantes, a los venteros ambulantes que buscan cualquier peso extra cada día para sobrevivir.

Así está la cosa. Y parece que la gente lo soportara todo, que lo aguantara todo. Pero se engañan. La revolución está latente en las masas. Y aunque de manera desigual, hay momentos en que la gente se rebela, en que a las masas se les llena la taza. Por eso los vientos que vienen soplando son vientos de rebelión, vientos que anuncian tempestades de revolución. Como dicen las masas muy sabiamente: El golpe avisa. Y las clases reaccionarias y el imperialismo saben eso.

Las clases dominantes no pueden tapar el sol con las manos. No pueden ocultar la estrecha relación entre los cuerpos represivos del Estado con los paramilitares, ni el maridaje entre los políticos corruptos y los paracos; ni se puede ocultar la alianza criminal del imperialismo yanqui con los lacayos encabezados por Uribe. Y en fin, no se puede tapar que el imperialismo, los grandes terratenientes y los grandes burgueses, son una gavilla de bandidos que oprimen al pueblo. Y por eso entre las masas populares viene creciendo el odio al sistema. Y ante eso los reaccionarios se arman hasta los dientes para defender sus intereses de clase. Por eso el Estado de ellos, con su ejército, su policía, sus paracos, sus tiras, todos defienden al imperialismo, y cuando viene cualquier imperialista, los reaccionarios, empezando por Uribe, se arrodillan y le rinden culto. Las clases dominantes son lacayos y vasallos del imperialismo. Tienen mentalidad de colonizado.

Los cuerpos represivos —ejército, policía, paramilitares— están entrenados para reprimir a las masas, para atropellar, para matar. Eso está demostrado hasta la saciedad. Cualquier manifestación es violenta cuando llegan los tombos a hacer acto de presencia. Llegan a intimidar, a amenazar. Los jóvenes del pueblo somos testigos de eso en carne propia. Podemos estar tranquilos en el barrio, hasta que llegan los tombos y dañan el parche. Porque para ellos, todos los jóvenes somos criminales, ladrones, drogadictos. Sí, las clases dominantes vienen criminalizando a toda una generación. A nosotros nos echan la culpa de todo lo malo que hay en la sociedad. Los ataques de que han sido objeto los jóvenes del pueblo que se atreven a rebelarse contra toda injusticia, deja al descubierto que los reaccionarios harán uso de cualquier medio e intriga para acallar las voces de aquellos que se rebelan.

Las recientes declaraciones del comandante de policía de Bogotá ofreciendo recompensa por los manifestantes que se rebelen contra este podrido sistema, contra los “antiimperialistas”, los “punkeros”, los “anarquistas”, las calumnias de los medios de comunicación hablada y escrita, así como las babosadas de esquiroles y vende obreros, donde todos a una tratan a los jóvenes rebeldes y revolucionarios de “simple revoltosos y vándalos que van borrachos a las protestas”, indican que la lucha y rebeldía juvenil ha tocado una fibra honda en el corazón de los reaccionarios, que nos hemos convertido en una piedra en el zapato de la reacción en la actual ofensiva de los imperialistas, y no son más que intentos de los reaccionarios para acallar y descalificar las justas luchas del pueblo. Ser atacado por el enemigo no es una cosa mala. Por el contrario, indica que lo que hacemos es justo y va en beneficio del pueblo Indica que nadamos contra la corriente.

¡Parar el fascismo!
Los reaccionarios son hipócritas a morir. Hay que dudar de todo lo que dicen. A lo negro le dicen blanco, y viceversa. Ocultan quiénes son los verdaderos criminales, ladrones y asesinos del pueblo, quiénes son los que se enriquecen a costa del trabajo y sudor de las masas. Mientras ellos amasan fortunas, el pueblo muere en la indigencia sin libertad y sin pan, sin salud y educación, sin trabajo y sin techo... sin nada. El régimen hambreador y criminal de Uribe, acatando las órdenes del imperialismo, despliega medidas que buscan arrebatar a las masas las más mínimas libertades políticas y a la militarización de la sociedad entera. Por eso la gente protesta, y aprovecha cualquier oportunidad para expresar su rabia Lo vimos el 11 de marzo, en las valerosas luchas de las masas repudiando la presencia del criminal de guerra George Bush Y lo hemos visto en las luchas libradas el Primero de Mayo.

Las amenazas y las medidas que viene tomando el gobierno buscan principalmente aplacar las justas luchas del pueblo colombiano, en momentos en que la explotación y las condiciones de vida se vuelven insoportables para millones de personas, reprimiendo la libertad de expresión, de organización y de protesta populares, sindicando de “terrorista” toda lucha de las masas, adultas y jóvenes, mujeres y hombres, que no se resignen a acatar la explotación y opresión.
Los reaccionarios son tigres de papel. No podrán impedir la lucha del pueblo. Llegará el día que será tanta la rabia y la lucha organizada de las masas, que los reaccionarios se van a ver a gatas para atrapar diez pulgas con los diez dedos.

Quién es verdaderamente poderoso son las masas. Las masas hacen la historia. Siempre ha sido así. El pueblo y sólo el pueblo es la fuerza motriz que hace la historia mundial. Todos los jóvenes rebeldes debemos actuar en consecuencia luchando unidos contra nuestro enemigo común, contra los que explotan y reprimen al pueblo, contra los que atropellan a las masas. Debemos forjar una unidad sólida y compacta, una unidad que se disponga a tomarse el cielo por asalto. Vivimos en un infierno. Debemos dejar a un lado esa idea de resignarse y morir, pensando en la vida eterna y en la esperanza del cielo. Debemos conquistar el cielo aquí, donde vivimos, mediante la lucha revolucionaria, luchando por transformaciones radicales, es decir dando soluciones de raíz a los problemas. Debemos aprender a discutir las ideas diversas que tenemos, aprender a escuchar a los otros, aclarar nuestros interrogantes y unirnos en tomo a la verdad y las ideas correctas. Los jóvenes debemos marchar adelante, y no dejar a los viejos muy atrás.

¡Con la lucha se conquistan libertades y derechos, con la lucha se defienden!
¡Atreverse a rebelarse! ¡Atreverse a hacer revolución! Atreverse a romper las cadenas!
¡Se justifica la rebelión contra los reaccionarios!


Jóvenes Antiimperialistas
Mayo 2007

¡Apoyar la justa lucha del pueblo palestino!

Problema Agrario y Dependencia en Colombia

La cara oculta de Facebook

Gracias Tio Sam

El Agulila Calva - Grupo Naxalbari

NI FU NI FA (ska-p)

Frijolero - Molotov

Opresión - Pedro Mo

Don Samuel

Manifiesto - Pedro Faura

Uribe Lame Botas No 1 de EE.UU

Antiimperialista: Fe de Ratas

Inti Illimani - Canción del Poder

Tio Sam - Ska-P

Musica de los Corteros de Caña

José de Molina - El camaleón

America Latina Obrera

Resistire – Muertos de Cristo

El Pueblo Unido Jamas Será Vencido -Banda Bassoti

Intifada

Por Razones de Estado de Bogotá

Manifiesto - Jose de Molina