Levantate Campesino - José de Molina

Mestizaje

Bases Militares Yanquis en Colombia

viernes, 29 de enero de 2010

Desde Haiti:


24 de enero de 2010
Explicación de AK: Esto fue dictado por teléfono. Esta llamada fue grabada y luego
trascrita y traducida. Estas palabras eran de hecho “unos pocos minutos valiosos”.
* * * * * * *
Hay mucha desinformación, rumores y temores alrededor de la discusión
sobre Haití.
Por una parte, quiero gastar los pocos minutos valiosos que tengo con ustedes
para desmentir esos rumores. Quiero señalar cómo el temor hacia los
haitianos como violentos negros salvajes tiene raíces en un racismo de vieja
data.
Quiero mostrar cómo los rumores de violencia son propalados no sólo por
la prensa extranjera, donde seguramente ustedes los han oído, sino también por
aquellos en el poder en nuestro país que se benefician de mostrar a las masas de
haitianos comunes como violentos y peligrosos criminales.
¡Quiero mostrarles cómo la información falsa está costando vidas! Cómo
las agencias internacionales de ayuda han trazado líneas en sus mapas, segregando
nuestra ciudad en zonas rojas y zonas verdes y cosas así; y cómo esta
segregación está impidiendo que la comida y el agua les lleguen a quienes más
los necesitan.
Quisiera explicarles todas estas cosas y muchas más pero, desafortunadamente,
en este momento no tengo la oportunidad de hacerlo.
A cambio, quisiera hablarles sobre por qué sucedió este terrible acontecimiento
y por qué el costo ha alcanzado proporciones tan grandes. De hacho
nadie podría predecir el terremoto. Es cierto que los científicos han diseñado
una técnica que advierte que se avecina un terremoto, pero aún esto sólo da
sólo unos minutos si acaso para advertir. Así que sé que no podíamos saber de
este desastre con suficiente tiempo para prepararnos adecuadamente.
Aquí en Haití algunos dicen que el terremoto es una señal de Dios, que es
el fin de los tiempos. Por supuesto que cualquier persona pensante sabe que
esto son tonterías. Pero es creído por muchos, así que cuando encuentro a alguien
que plantea esto le respondo diciéndole:
“Hermano, yo sé que usted cree en la palabra de la biblia, pero los acontecimientos
de la semana pasada ni siquiera encajan en lo que dice la biblia. Yo sé
que no estamos de acuerdo en asuntos de religión, pero seguramente, si ve que
este acontecimiento no está descrito en la biblia entonces puede dejar de tomar
eso como explicación de lo que ocurrió. Mirémoslo científicamente. Con seguridad
los científicos nos dirán que la Tierra está conformada por secciones en
placas que se mueven todo el tiempo. Cuando nosotros sentimos ese movimiento,
decimos: ‘¡eh, es un terremoto!’ Esto no es un acto de dios; es algo natural
que le pasa a la Tierra bajo nuestros pies”.
La siguiente pregunta es, ¿por qué esto le pasó a Haití? ¿Por qué ahora?
Algunos aquí piensan que fue por las perforaciones de pozos petroleros
que hicieron que nuestro país se sacudiera. Quizás sea cierto.
Hay evidencia de otras partes en Estados Unidos y Europa de que las perforaciones
de pozos y la minería pueden provocar terremotos. Y sabemos que
las ansias de las corporaciones extranjeras de perforar pozos fueron un factor
de las acontecimientos de 2004. Pero realmente, una pregunta más importante
es ésta: ¿por qué el terremoto fue mucho más devastador para Haití que para
nuestros vecinos? ¿Realmente fue sólo que el epicentro estuvo tan cerca de
Puerto Príncipe, un área sumamente poblada?
Yo planteo que no, el terremoto fue así de dañino por la extrema miseria
económica del pueblo haitiano, que fue causada en buena parte por las potencias
extranjeras que ocuparon Haití en el pasado ¡y están ansiosas de meter los dedos
otra vez en el pastel haitiano!
Hace dos siglos nuestros ancestros se deshicieron de las cadenas de la esclavitud.
Tuvimos una revolución. Fue la primera vez que una nación negra
derrocó a quienes estaban en el poder y abolió la esclavitud. Pero nuestros
ancestros quisieron ser reconocidos por quienes antes habían sido nuestros
“propietarios”. Querían ser aceptados, ser parte de una naciente comunidad
internacional. Así que acordaron pagarle a Francia el costo de las propiedades
que los comerciantes franceses “perdieron” cuando los derrocamos. ¿Qué era
esa propiedad? ¿Por qué se sorprenden cuando digo que esta propiedad era el
precio de nosotros, los esclavos? Era el dinero que habían pagado por nosotros
y que perdieron cuando nos hicimos libres.
¿Puede haber un insulto peor?
Nuestros ancestros acordaron esto y le pagamos a Francia 90 millones de
francos de oro. Por supuesto no teníamos ese dinero, así que hicimos préstamos
en bancos de Estados Unidos. Y talamos nuestros bosques y le vendimos la
madera a Europa, que sirvió para construir una bella ciudad llamada París.
La deuda sólo la terminamos de pagar en 1947. Así que cuando hoy la
gente se pregunta ¿por qué Haití es tan pobre? ¿Por qué construyeron esas
peligrosas estructuras de adobe sin refuerzo? La respuesta es ¡debido a los
acontecimientos de la historia! ¡Es la historia la que nos llevó a donde estamos
hoy! Es la historia la que explica por qué los haitianos del común están tan
pobres que construyen una casa que puede ser barrida de la montaña en un
huracán o derribada por un terremoto.
Y, además de eso, también podemos decir, ¿por qué tenemos problemas
como inundaciones, deslizamientos de tierra y cosas así cada vez que hay una
gran tormenta? ¡Porque todos nuestros centenarios árboles fueron talados y
enviados a Francia!
Seguramente, se puede entender que la explicación de los problemas de
Haití no está en Dios ni sólo en la naturaleza, sino también en la devastación
producida por un sistema económico que vendía a la gente como propiedad y
que se preocupa más de la ganancia que de los seres humanos. 

Traducido y publicado por Brigadas Antiimperialistas —25 de enero de 2010
Tomado de: www.brigadasantiimperialistas.net

EL PUEBLO DE HAITÍ NECESITA LIBERARSE DE SU MAYOR TRAGEDIA: EL IMPERIALISMO


Deja muchas inquietudes, y muchas enseñanzas, la tragedia de Haití. Una tragedia que no
ha sido generada completamente por el terremoto del pasado 12 de enero:
▪ ¿A qué se debe que la devastación del terremoto y el número de muertos sean más
grandes de lo que lo serían si el mismo desastre natural se diera en una ciudad del “primer
mundo”?
▪ ¿Por qué al informar sobre Haití, no sólo desde el terremoto, sino desde muchos años
antes, se plantea que es el país más pobre y dependiente del hemisferio occidental?
▪ Deberíamos preguntarnos ¿por qué es tan pobre el país que le dio tanta riqueza a
Francia hasta el siglo XIX y luego ha enriquecido a los capitalistas estadounidenses y como
los productores de arroz y a los beneficiarios de las maquilas de ropa?
▪ ¿Por qué es tan dependiente el primer país latinoamericano que se independizó de las
potencias coloniales europeas? ¿Por qué el país más rico del planeta, y vecino de Haití, más
que ayuda médica y equipos de rescate centra en enviar tropas de ocupación?
▪ ¿Por qué Estados Unidos ofrece una ayuda de 100 millones de dólares que es menos
de la milésima parte de lo que gastan los militares yanquis en Irak o Afganistán causando
mucho más daño que varios terremotos?
▪ “Ningún ser humano podría haber detenido el terremoto que sacudió con semejante
fuerza asesina el 12 de enero. Pero muchas de las personas que han perecido en Puerto
Príncipe NO TENÍAN QUE MORIR”, como acertadamente señala un reciente artículo del
periódico de los revolucionarios maoístas de Estados Unidos.
▪ “El terremoto fue una catástrofe natural. Pero la situación que dio lugar a tantas muertes
no fue natural. Miles de personas que, de hecho, podrían haberse salvado murieron innecesariamente
porque los países ricos y poderosos que tienen los recursos para rescatar a las
personas, sobre todo los Estados Unidos, no proporcionaron ayuda inmediatamente después
del terremoto”.
▪ Estados Unidos es el país más poderoso del planeta. Está sólo a unos pocos cientos de
kilómetros de Haití. Pero en los días cruciales después del terremoto no envió los alimentos,
agua, suministros médicos y equipos de rescate y personal médico tan necesarios.
▪ Para el pueblo haitiano, y para los pueblos del mundo, debe quedar claro que los líderes
imperialistas, y el sistema que representan, lejos de ser la solución a sus problemas son la
fuente de ellos y el principal obstáculo para solucionarlos definitivamente.
▪ El enfoque que las fuerzas imperialistas le están dando a la distribución de las ayudas
y los intereses que están en juego para ellos es claro. Su papel policivo y de control manifiesta
claramente que ante todo deben salvaguardar la “estabilidad” del país, y legitima la presencia
permanente de sus tropas de ocupación y de misiones de la ONU; además quienes
dictaminan cómo será invertido el dinero donado para la reconstrucción no son las masas ni
sus necesidades, sino las necesidades del sistema que hoy por hoy están en legitimar el gobierno
títere, menguar todo brote de protesta y organización popular, y que Haití siga apoyando
las operaciones logísticas y de contingencia del Comando Sur en el Caribe.
▪ “Estados Unidos ha deformado la economía haitiana a su antojo; arruinó por completo
la economía agrícola imponiendo ventajas arancelarias a los productos agrícolas estadounidenses
y restringiendo las ayudas internacionales a la compras de alimentos enlatados,
impidiendo que éstas se utilicen en el fomento de la agricultura de subsistencia del pueblo,
al punto que hoy los pocos cultivos rentables del país tienen como destino exclusivo la exportación,
mientras el pueblo aguanta hambre”.
▪ El desplazamiento forzado de los campesinos hacia la ciudad (a raíz de la quiebra de
la economía agrícola, en particular el arroz, debida a las presiones de Estados Unidos y el
FMI), llevó a la creación de tugurios llenos de viviendas endebles. El geógrafo estadounidense
Kenneth Hewitt acuñó el término “terremoto clasista” para referirse a estos desastres que
no afectan a todos por igual, ya que golpean con mayor vehemencia a los pobres, en buena
medida porque los tugurios empiezan con mala geología y “la pobreza magnifica los riesgos
de los peligros naturales”, como señala el escritor e historiador Mike Davis.
▪ Ninguna “opción” o “solución” que ofrezca el sistema capitalista-imperialista a las
masas es aceptable; todas van a estar subordinadas a las necesidades del sistema y no van a
representar opciones o soluciones reales para el pueblo. La historia de lucha y organización
del pueblo nos muestra que SÍ es posible minimizar los efectos de las catástrofes naturales y
responder como se debe ante situaciones de este tipo para minimizar el sufrimiento del pueblo,
pero que esto sólo es posible cuando un principio que rige una sociedad es el “servir al
pueblo” y no “la ganancia al mando”, como sucede hoy en la sociedad capitalistaimperialista.
▪ El pueblo haitiano tiene una rica tradición de lucha y rebeldía; siendo la colonia más
próspera de Francia, prosperidad que descansaba sobre la explotación de medio millón de
esclavos, vivió una rebelión que puso fin a la esclavitud y sacudió todas las colonias alrededor
del mundo, al servir de ejemplo a los millones de esclavos que vieron cómo sus anhelos
de libertad sólo podían alcanzarse con estos levantamientos revolucionarios. Y no sólo es
parte del pasado, a través de su historia el pueblo haitiano se ha caracterizado por los constantes
levantamientos en contra del imperialismo y de las clases explotadoras locales.
▪ El pueblo de Haití necesita de la solidaridad y la ayuda de los pueblos del mundo, pero
ante todo necesita una verdadera revolución, que ponga fin a los siglos de dominación, de
economía distorsionada, de atraso, de dependencia, de hambre… que desate toda la capacidad
creadora del pueblo y pueda plasmar en la realidad todos los deseos de libertad que
desde hace dos siglos han mantenido encendida la llama rebelde del pueblo haitiano.
▪ El pueblo que en el siglo XIX derrotó a las potencias coloniales europeas, incluyendo
al ejército de Napoleón, el pueblo que hace más de 30 años se sacudió de la sanguinaria dictadura
de los Duvalier impuesta y respaldada por Estados Unidos, es el pueblo que tendrá
que hacer una revolución verdaderamente liberadora la próxima vez, una revolución proletaria.
El pueblo que se liberó del cruel sistema esclavista en el siglo XIX, tendrá que liberarse
de la moderna esclavitud del imperialismo y las clases dominantes locales en el siglo XXI.

Brigadas Antiimperialistas —Colombia, 22 de enero de 2010
Tomado de: www.brigadasantiimperialistas.net

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