24 de enero de 2010
Explicación de AK: Esto fue dictado por teléfono. Esta llamada fue grabada y luego
trascrita y traducida. Estas palabras eran de hecho “unos pocos minutos valiosos”.
* * * * * * *
Hay mucha desinformación, rumores y temores alrededor de la discusión
sobre Haití.
Por una parte, quiero gastar los pocos minutos valiosos que tengo con ustedes
para desmentir esos rumores. Quiero señalar cómo el temor hacia los
haitianos como violentos negros salvajes tiene raíces en un racismo de vieja
data.
Quiero mostrar cómo los rumores de violencia son propalados no sólo por
la prensa extranjera, donde seguramente ustedes los han oído, sino también por
aquellos en el poder en nuestro país que se benefician de mostrar a las masas de
haitianos comunes como violentos y peligrosos criminales.
¡Quiero mostrarles cómo la información falsa está costando vidas! Cómo
las agencias internacionales de ayuda han trazado líneas en sus mapas, segregando
nuestra ciudad en zonas rojas y zonas verdes y cosas así; y cómo esta
segregación está impidiendo que la comida y el agua les lleguen a quienes más
los necesitan.
Quisiera explicarles todas estas cosas y muchas más pero, desafortunadamente,
en este momento no tengo la oportunidad de hacerlo.
A cambio, quisiera hablarles sobre por qué sucedió este terrible acontecimiento
y por qué el costo ha alcanzado proporciones tan grandes. De hacho
nadie podría predecir el terremoto. Es cierto que los científicos han diseñado
una técnica que advierte que se avecina un terremoto, pero aún esto sólo da
sólo unos minutos si acaso para advertir. Así que sé que no podíamos saber de
este desastre con suficiente tiempo para prepararnos adecuadamente.
Aquí en Haití algunos dicen que el terremoto es una señal de Dios, que es
el fin de los tiempos. Por supuesto que cualquier persona pensante sabe que
esto son tonterías. Pero es creído por muchos, así que cuando encuentro a alguien
que plantea esto le respondo diciéndole:
“Hermano, yo sé que usted cree en la palabra de la biblia, pero los acontecimientos
de la semana pasada ni siquiera encajan en lo que dice la biblia. Yo sé
que no estamos de acuerdo en asuntos de religión, pero seguramente, si ve que
este acontecimiento no está descrito en la biblia entonces puede dejar de tomar
eso como explicación de lo que ocurrió. Mirémoslo científicamente. Con seguridad
los científicos nos dirán que la Tierra está conformada por secciones en
placas que se mueven todo el tiempo. Cuando nosotros sentimos ese movimiento,
decimos: ‘¡eh, es un terremoto!’ Esto no es un acto de dios; es algo natural
que le pasa a la Tierra bajo nuestros pies”.
La siguiente pregunta es, ¿por qué esto le pasó a Haití? ¿Por qué ahora?
Algunos aquí piensan que fue por las perforaciones de pozos petroleros
que hicieron que nuestro país se sacudiera. Quizás sea cierto.
Hay evidencia de otras partes en Estados Unidos y Europa de que las perforaciones
de pozos y la minería pueden provocar terremotos. Y sabemos que
las ansias de las corporaciones extranjeras de perforar pozos fueron un factor
de las acontecimientos de 2004. Pero realmente, una pregunta más importante
es ésta: ¿por qué el terremoto fue mucho más devastador para Haití que para
nuestros vecinos? ¿Realmente fue sólo que el epicentro estuvo tan cerca de
Puerto Príncipe, un área sumamente poblada?
Yo planteo que no, el terremoto fue así de dañino por la extrema miseria
económica del pueblo haitiano, que fue causada en buena parte por las potencias
extranjeras que ocuparon Haití en el pasado ¡y están ansiosas de meter los dedos
otra vez en el pastel haitiano!
Hace dos siglos nuestros ancestros se deshicieron de las cadenas de la esclavitud.
Tuvimos una revolución. Fue la primera vez que una nación negra
derrocó a quienes estaban en el poder y abolió la esclavitud. Pero nuestros
ancestros quisieron ser reconocidos por quienes antes habían sido nuestros
“propietarios”. Querían ser aceptados, ser parte de una naciente comunidad
internacional. Así que acordaron pagarle a Francia el costo de las propiedades
que los comerciantes franceses “perdieron” cuando los derrocamos. ¿Qué era
esa propiedad? ¿Por qué se sorprenden cuando digo que esta propiedad era el
precio de nosotros, los esclavos? Era el dinero que habían pagado por nosotros
y que perdieron cuando nos hicimos libres.
¿Puede haber un insulto peor?
Nuestros ancestros acordaron esto y le pagamos a Francia 90 millones de
francos de oro. Por supuesto no teníamos ese dinero, así que hicimos préstamos
en bancos de Estados Unidos. Y talamos nuestros bosques y le vendimos la
madera a Europa, que sirvió para construir una bella ciudad llamada París.
La deuda sólo la terminamos de pagar en 1947. Así que cuando hoy la
gente se pregunta ¿por qué Haití es tan pobre? ¿Por qué construyeron esas
peligrosas estructuras de adobe sin refuerzo? La respuesta es ¡debido a los
acontecimientos de la historia! ¡Es la historia la que nos llevó a donde estamos
hoy! Es la historia la que explica por qué los haitianos del común están tan
pobres que construyen una casa que puede ser barrida de la montaña en un
huracán o derribada por un terremoto.
Y, además de eso, también podemos decir, ¿por qué tenemos problemas
como inundaciones, deslizamientos de tierra y cosas así cada vez que hay una
gran tormenta? ¡Porque todos nuestros centenarios árboles fueron talados y
enviados a Francia!
Seguramente, se puede entender que la explicación de los problemas de
Haití no está en Dios ni sólo en la naturaleza, sino también en la devastación
producida por un sistema económico que vendía a la gente como propiedad y
que se preocupa más de la ganancia que de los seres humanos.
Traducido y publicado por Brigadas Antiimperialistas —25 de enero de 2010
Tomado de: www.brigadasantiimperialistas.net