Veo llegar siete nubes negras.
Llegan imponiendo una oscuridad maligna que crea terror y sufrimiento.
Llegan sobre esta tierra atada y exprimida,
Encerrada durante cuatro siglos entre los estrechos muros de los imperios;
Pareciera que esta condena no tuviera fin.
Llegan y de ahora en adelante lloverán balas sobre todos nosotros.
Los ríos de sangre se desbordarán,
¿Acaso no tenemos suficiente con aquellos “señores de la motocierra”?
Las poblaciones se inundarán de sangre inocente, sangre del pueblo.
Y cada gota de sangre,
Cada lágrima derramada
Irá llenando el pozo del rencor en los corazones de las personas.
Siete nubarrones negros acompañados por el águila calva
Que se pasea por esta tierra maldita alimentándose de seres humanos,
Al mismo tiempo que espera que esta nación se desangre cual buitre carroñero.
Sus garras perforan la carne de América Latina,
Heridas que nos recuerdan el dolor y el sufrimiento
Que han padecido los pueblos del mundo.
En sus garras aun se ven los rostros calcinados de Hiroshima y Nagasaki.
En sus garras aun se ve la piel quemada
De miles de inocentes en las selvas de Vietnam.
En sus garras aun se ven las lágrimas de las viudas de Irak.
En sus garras aun se ven los rostros destrozados de las niñas violadas de Afganistán.
En sus garras aun se ve la sangre que desborda las fronteras de Colombia.
Sus garras están manchadas con la sangre de todos ellos.
Pero el águila imperial sabe que desde lo profundo de las montañas de América,
Desde lo profundo de la tierra africana,
Desde lo profundo de las selvas de Asia
Se alzarán las voces de los que no tienen nada y con toda la fuerza del fusil, exclamarán:
¡YANKEES FUERA!
Juan (Joven Antiimperialista)
Llegan imponiendo una oscuridad maligna que crea terror y sufrimiento.
Llegan sobre esta tierra atada y exprimida,
Encerrada durante cuatro siglos entre los estrechos muros de los imperios;
Pareciera que esta condena no tuviera fin.
Llegan y de ahora en adelante lloverán balas sobre todos nosotros.
Los ríos de sangre se desbordarán,
¿Acaso no tenemos suficiente con aquellos “señores de la motocierra”?
Las poblaciones se inundarán de sangre inocente, sangre del pueblo.
Y cada gota de sangre,
Cada lágrima derramada
Irá llenando el pozo del rencor en los corazones de las personas.
Siete nubarrones negros acompañados por el águila calva
Que se pasea por esta tierra maldita alimentándose de seres humanos,
Al mismo tiempo que espera que esta nación se desangre cual buitre carroñero.
Sus garras perforan la carne de América Latina,
Heridas que nos recuerdan el dolor y el sufrimiento
Que han padecido los pueblos del mundo.
En sus garras aun se ven los rostros calcinados de Hiroshima y Nagasaki.
En sus garras aun se ve la piel quemada
De miles de inocentes en las selvas de Vietnam.
En sus garras aun se ven las lágrimas de las viudas de Irak.
En sus garras aun se ven los rostros destrozados de las niñas violadas de Afganistán.
En sus garras aun se ve la sangre que desborda las fronteras de Colombia.
Sus garras están manchadas con la sangre de todos ellos.
Pero el águila imperial sabe que desde lo profundo de las montañas de América,
Desde lo profundo de la tierra africana,
Desde lo profundo de las selvas de Asia
Se alzarán las voces de los que no tienen nada y con toda la fuerza del fusil, exclamarán:
¡YANKEES FUERA!
Juan (Joven Antiimperialista)
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